domingo, 28 de noviembre de 2010

Reino Unido



El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,[2] de manera abreviada Reino Unido (en inglés, United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland, de manera abreviada United Kingdom, UK o Britain),[1] es un estado soberano miembro de la Unión Europea y ubicado al noroeste de la Europa Continental. Su territorio está formado geográficamente por la isla de Gran Bretaña, el noreste de la isla de Irlanda y pequeñas islas adyacentes. Irlanda del Norte es la única parte del país con una frontera terrestre, que la separa de la República de Irlanda. Aparte de esta frontera, está rodeado al norte y al oeste por el océano Atlántico, al este por el mar del Norte, al sur por el canal de la Mancha y al oeste por el mar de Irlanda.

El Reino Unido es un estado unitario comprendido por cuatro países constituyentes: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte,[8] y es gobernado por un sistema parlamentario con sede de gobierno en Londres, la capital, pero con tres administraciones nacionales descentralizadas en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las capitales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte respectivamente. A su vez, es una monarquía constitucional con Isabel II como jefa de Estado. Las Dependencias de la Corona de las Islas del Canal y la Isla de Man no forman parte del país, pero sí se integran en una unión personal con él.[9] Reino Unido tiene catorce Territorios de Ultramar, todos ellos vestigios de lo que fue el Imperio británico, que en su cúspide territorial llegó a abarcar cerca de una cuarta parte de la superficie terrestre. Isabel II continúa estando a la cabeza de la Mancomunidad de Naciones y jefe de Estado de cada uno de los Reinos de la Mancomunidad.

Es un país desarrollado y por el volumen neto de su producto interno bruto es considerado como la sexta economía a nivel mundial. Fue el primer país industrializado del mundo[10] y la principal potencia mundial durante el siglo XIX y el comienzo del siglo XX,[11] (1815-1945), pero el costo económico de las dos guerras mundiales y el declive de su imperio en la segunda parte del siglo XX disminuyeron su papel en las relaciones internacionales. Sin embargo, aún mantiene una significativa influencia económica, cultural, militar y política y es una potencia nuclear. Es un estado miembro de la Unión Europea, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto, miembro del G8, la OTAN, la OCDE, la Mancomunidad de Naciones y la Common Travel Area.




Fuente http://es.wikipedia.org/wiki/Reino_Unido

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HENDERSON PARADA
EES

Historia

Los primeros habitantes de la isla de Gran Bretaña eran cazadores paleolíticos, que seguían manadas de animales salvajes. Luego de la era glacial, algunos agricultores comenzaron a asentarse en la isla. Durante milenios, estos pueblos y muchos otros que habían emigrado del continente, desarrollaron complejos sistemas sociales.

En el año 44 d.C. los romanos invadieron el sur de la región. En el año 90 d.C. crearon la provincia de Britania y entre el 70 y el 100 fundaron Londres. A comienzos del siglo V, los romanos abandonaron la isla. Poco después, invasores anglos, sajones y jutos, de origen germánico, empujaron a los celtas hacia la costa oeste y se apoderaron del sur, donde establecieron reinos anglosajones.

Durante el siglo V, los habitantes de Irlanda y Gales adoptaron el cristianismo. En el siglo VII, el poder de Roma se impuso sobre la iglesia británica.

En los siglos VII y IX, los daneses invadieron la región oriental de Inglaterra. En el siglo XI, los normandos, liderados por Guillermo el Conquistador, invadieron la isla e impusieron su hegemonía. Los sucesivos reyes anglonormandos mantuvieron el poder mediante formas de vasallaje sobre los señores feudales. Bajo el reinado de Juan Sin Tierra (1199-1216), estos barones aliados con el clero lograron restringir el poder de la monarquía en la Carta Magna firmada en 1215.

La Carta Magna sentó las bases del sistema parlamentario británico. A partir de entonces se libró una lucha permanente por el poder entre la monarquía y la nobleza, a la cual se unió posteriormente la burguesía. El parlamento representaba los intereses de estas clases y se llegó finalmente a la consolidación de una monarquía parlamentaria. Los galeses quedaron bajo dominio inglés en 1382.

Los frecuentes conflictos dinásticos, las aspiraciones de la corona británica al trono francés, la rivalidad comercial de estas dos naciones y el apoyo prestado por Francia a Escocia en sus guerras con Inglaterra, provocaron la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que culminó con la derrota británica y la pérdida de sus posesiones en el continente.

Los fracasos militares aumentaron el desprestigio de la corona, que tuvo que enfrentar el movimiento antipapal de los seguidores de Wycliffe (antecesor de Lutero) y una rebelión campesina. Los campesinos, comandados por Wat Tyler se rebelaron contra el pago de tributos y el poder de los señores feudales. En 1381, Tyler y su tropa lograron entrar en Londres y negociar directamente con el rey Ricardo II. Sin embargo, la rebelión campesina no tuvo éxito, y Tyler fue ejecutado.

En la etapa posterior a la Guerra de los Cien Años, la disputa dinástica entre los Lancaster y los York desencadenó la Guerra de las Dos Rosas, que culminó con el ascenso al poder de los Tudor en 1485. El período de los Tudor es considerado el comienzo del moderno Estado británico. Uno de los Tudor, Enrique VIII (1509-47) rompió con Roma y fundó la Iglesia Anglicana. El deseo de extender la autoridad inglesa y la reforma religiosa a Irlanda hicieron que la hija de Enrique, Isabel I, impusiera su dominio en el Ulster. La invasión de Irlanda por parte de los Tudor dio origen a siglos de conflicto político y religioso.

Bajo el reinado de Isabel I florecieron la poesía y el teatro. Fue el tiempo de Ben Jonson, Marlowe y William Shakespeare. Se desarrollaron la industria y el comercio, y dio inició la aventura colonial, embrión del futuro Imperio. Luego de vencer a la armada española –llamada Armada Invencible–, la marina británica se convirtió en la «dueña de los mares», sin que hubiese flota capaz de oponérsele.

Los barcos mercantes ingleses, los que se usaban para el tráfico de esclavos, los piratas y corsarios, o los buques con nuevos colonos, surcaron libremente los océanos. Los mercados se multiplicaron, la demanda creció rápidamente y los productores se vieron obligados a emplear nuevas técnicas para acelerar su producción. Fue el prólogo de la Revolución Industrial que se desarrolló en el país a partir del siglo XVIII.

En 1603, la corona de Jacobo I (Jacobo VI de Escocia) puso fin a la independencia de la monarquía escocesa. La intolerancia religiosa del hijo de Carlos I, hijo de Jacobo, causó una rebelión en Escocia y creciente descontento en Inglaterra. La situación llevó a los ingleses a la guerra civil, que estalló en 1642. El deterioro de la situación política llevó al partido puritano a armar su propio ejército apoyado por el Parlamento y dirigido por Oliver Cromwell, que venció a las fuerzas reales en 1646 y otra vez en 1648.

En 1649, el Parlamento ejecutó al rey y proclamó a Cromwell «Lord Protector», estableciendo la república del Commonwealth. Ideas radicales sobre la igualdad entraron en el movimiento parlamentario, notablemente entre los Levellers (niveladores), que abogaron por una democracia política y la abolición del sistema de clases inglés. Sus ideas fueron omitidas y los líderes cayeron en manos de Cromwell que los encerró en la Torre de Londres. Tras la muerte de Cromwell, en 1658, la monarquía fue reestablecida con Carlos II.

Las prioridades del nuevo régimen eran impulsar la colonización de Norteamérica y el comercio con América, Extremo Oriente y el Mediterráneo. La trata de esclavos –secuestro, tráfico y venta de africanos a América y otros lugares– iniciada en el siglo XVI, se convirtió en una de las principales fuentes de ingreso del imperio.

La política absolutista de Jacobo II (sucesor de Carlos II) y su profesión de fe católica chocaron con el Parlamento protestante y provocaron la Revolución Gloriosa. El rey huyó a Francia y los protestantes invitaron al holandés Guillermo de Orange a asumir el trono. En 1689, Guillermo III juró sobre la Declaración de Derechos, que limitó los poderes reales y aseguró la supremacía del Parlamento.

John Locke sintetizó el ideal revolucionario sosteniendo que el ser humano tiene derechos naturales básicos: a la propiedad, a la vida, a la libertad y a la seguridad personal. El gobierno, creado por la sociedad para proteger esos derechos, debe cumplir con su misión; si no lo hace, el pueblo tiene derecho a resistir su autoridad.

En 1707 se unificaron los parlamentos de Escocia e Inglaterra y se creó el Reino Unido de Gran Bretaña. El país intervino en la guerra de sucesión de España y, por el Tratado de Utrecht (1713), obtuvo Menorca, Gibraltar y Nueva Escocia. El creciente peso de los impuestos, como se expresó por ejemplo en la Ley del Timbre (1765), provocó un levantamiento en las colonias americanas que culminó con la independencia de Estados Unidos en 1776.

En este período los terratenientes unieron sus intereses a las clases mercantiles y se consolidaron los dos grandes partidos: el conservador (Tory) y el liberal (Whig). Las bases del liberalismo económico fueron desarrolladas en esos años por Adam Smith. La política imperial se sirvió de esta doctrina para abrir, incluso por la fuerza, los puertos y mercados de África, América y Asia, como en la Guerra del Opio contra China a mediados del siglo XIX.

En 1801, después de sofocar la sublevación nacionalista irlandesa de 1798, se creó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, con la disolución del Parlamento irlandés (ver Irlanda).

En el siglo XVIII se desarrolló la revolución agrícola, que supuso importantes innovaciones en las técnicas de trabajo, así como cambios trascendentes en el régimen de tenencia de la tierra: los grandes señores cercaron sus propiedades, eliminando los campos comunales, que beneficiaban a los pequeños agricultores. Se formalizó así un sistema de características capitalistas y el fin de la agricultura ambientalmente sustentable y las comunidades agrarias.

Paralelamente, la Revolución Industrial comenzó en la industria textil, la primera en enfrentar el problema planteado por la demanda cada vez mayor de telas desde ultramar. La introducción de la máquina cambió los métodos de trabajo, el taller fue sustituido por la fábrica. A la textil siguieron las industrias minera y metalúrgica. Con la invención de la máquina de vapor, el uso del carbón como combustible y la sustitución de la madera por el hierro primero y el acero después, la mecanización se generalizó.

El crecimiento demográfico –10.900.000 hab. en 1801 y 21.000.000 en 1850–, el aumento de la demanda, el mejoramiento de los transportes, la acumulación de capitales, la expansión del comercio, la creación de un vasto imperio colonial, los adelantos científicos y el apogeo de la burguesía, fueron las características principales de la época. El Reino Unido se convirtió en el primer país manufacturero del mundo, usando todos los medios, como, por ejemplo, las leyes que destruyeron la industria textil de la India, para beneficiar a los fabricantes ingleses.

El Reino Unido obtuvo nuevos territorios de sus guerras con Francia, particularmente de su triunfo sobre Napoleón en Waterloo (1815).

En el marco de la Revolución Industrial, los bajos salarios, las condiciones insalubres de trabajo, las deficiencias de las viviendas en las ciudades, el déficit alimentario, la inseguridad laboral y la utilización de mujeres y niños en extensas y agotadoras jornadas, generaron un gran descontento. Las acciones populares adquirieron, en muchos casos, carácter violento y fueron también violentamente reprimidas.

En una primera etapa se dieron acciones espontáneas como las de un grupo de artesanos llamado ludditas, que destruían máquinas industriales. Con posterioridad surgieron los sindicatos (trade unions).

En 1819, tras la represión violenta de una manifestación popular en Manchester (la masacre de Peterloo), se aprobó una legislación que limitó el derecho de reunión y la libertad de prensa. No obstante, hubo nuevas movilizaciones, tanto de los nacionalistas irlandeses, liderados por Daniel O'Conell, como en rechazo a las leyes del trigo, que fijaban aranceles prohibitivos para la importación del cereal.

El cartismo fue el movimiento de masas más importante, compuesto mayoritariamente por obreros. Tomó su nombre de la Carta del Pueblo, publicada en 1838, en una asamblea reunida en Glasgow, Escocia. El movimiento planteó una mezcla de reivindicaciones políticas –sufragio universal, voto secreto, reforma de las circunscripciones electorales– y sociales: mejores salarios y mejores condiciones de trabajo. Luego de grandes manifestaciones y huelgas el cartismo languideció; pero a su influjo algunos diputados alentaron buena parte de sus reivindicaciones a nivel parlamentario.

Robert Owen (1771-1858), considerado el fundador del socialismo y del cooperativismo inglés, se dedicó, desde 1830 a promover el cooperativismo y la organización sindical del movimiento obrero.

En el largo reinado de la reina Victoria (1837-1901), la nobleza estrechó su alianza con la burguesía industrial y mercantil y surgieron los primeros movimientos socialistas. Los sindicatos obtuvieron su legalización en 1871. Poco después se aprobaron nuevas leyes laborales.

A partir de 1873 la superpoblación determinó una escasez de alimentos que obligó a recurrir a la importación. Al mismo tiempo, la industria empezó a sentir la competencia de Estados Unidos y Alemania. Gran Bretaña incrementó su expansión en África, Asia y Oceanía, no sólo por intereses económicos sino también por la ambición política de construir un gran imperio. Fue ejemplar en este sentido la Guerra de los Boers (1899-1902) por el control de Sudáfrica, la más costosa guerra local del siglo XIX.

El primer cuarto del siglo XX asistió al desarrollo del movimiento de emancipación de la mujer. La prédica sufragista –que alcanzó ribetes de leyenda con algunos hechos como el de 1913, cuando Emile Davison se arrojó delante del caballo del rey– culminó en 1917, cuando las mujeres obtuvieron el derecho al voto.

Discriminados por ser católicos, sin sus tierras y sin autonomía política, los irlandeses siempre manifestaron su descontento. En 1867 se eliminaron los privilegios de la Iglesia Anglicana y se alivió en parte la situación de los campesinos. En 1916, los británicos reprimieron duramente la insurrección de Pascua, en Dublín, pero las fuerzas reales no lograron vencer en la guerra de liberación iniciada en 1918. Al final, el Reino Unido accedió a la independencia de Irlanda, en 1921. Seis condados de la región nororiental, de mayoría protestante, continuaron bajo dominio británico, con gobierno en Belfast.

La rivalidad entre las potencias industriales europeas por la expansión económica y política condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Por un lado se alinearon los países centrales: Austria-Hungría y Alemania, posteriormente Turquía y Bulgaria y, por otro, los estados aliados: Francia, Gran Bretaña, Rusia, Serbia y Bélgica y, en el curso de la guerra, Italia, Japón, Portugal, Rumania, Estados Unidos y Grecia.

Pese a la victoria, Inglaterra salió debilitada de la guerra. Invirtió 40.000 millones de dólares en gastos militares, movilizó 7.500.000 soldados, sufrió 1.200.000 bajas y adquirió una enorme deuda externa. La posterior depresión económica reavivó las protestas obreras, cuya máxima expresión fue la huelga general de 1926. El gobierno conservador declaró ilegal la huelga, pero no tomó medidas para revitalizar la industria. En las elecciones de 1929, triunfaron los laboristas.

Como corolario a la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido apoyó la propuesta de crear la Sociedad de Naciones. En 1931, la creación de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), por el Estatuto de Westminster, supuso el reconocimiento de la independencia de Canadá, Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica.

El 3 de setiembre de 1939, dos días después del ataque alemán a Polonia, Inglaterra declaró la guerra a Alemania, iniciando su participación en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En mayo de 1940 se formó un gabinete de coalición presidido por Winston Churchill. De 1939 a 1941 los grandes beligerantes fueron Gran Bretaña y Francia por un lado y, por el otro, Alemania e Italia, esta última desde 1940. Como aliados menores del nazismo participaron Hungría, Rumania, Bulgaria y Yugoslavia.

En 1941, la Unión Soviética, Japón y Estados Unidos ingresaron en la contienda. El 8 de mayo de 1945 Alemania firmó su rendición. Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética fueron los grandes vencedores. No obstante, la guerra evidenció la declinación del Imperio Británico y consagró la supremacía de Estados Unidos en los campos económico, financiero, tecnológico y militar.

En mayo de 1945, el gobierno laborista de Clement Attlee, que había ganado las elecciones parlamentarias bajo el lema «Hemos ganado la guerra, ahora ganemos la paz», estatizó las minas de carbón, el Banco de Inglaterra y las industrias de hierro y acero. A principios de la década siguiente el gobierno conservador revertiría esta medida. También estableció el Servicio Nacional de Salud, que ofrecía atención médica gratuita a todo el que la necesitara.

En 1947, India y Pakistán conquistaron la independencia, aunque permanecieron dentro del Commonwealth. En el decenio siguiente la mayoría de las colonias de ultramar siguió el mismo camino. El Reino Unido fue miembro fundador de la OTAN en 1949.

La expedición franco-británica contra la nacionalización del Canal de Suez, en 1956, reveló una actitud colonialista y levantó críticas tanto internas como externas (ver Egipto). Fracasó debido a la falta de apoyo de Estados Unidos. Un año después el Reino Unido hizo estallar su primera bomba de hidrógeno en el océano Pacífico.

En 1964, luego de 13 años de gobierno conservador, ganó las elecciones el laborismo dirigido por Harold Wilson. Su gobierno enfrentó graves problemas, como la independencia de Rhodesia del Sur (hoy Zimbabwe) y la ruptura de relaciones con nueve países africanos.

En 1967, ante el fracaso de la solicitud de ingreso al Mercado Común Europeo, los problemas económicos y el crecimiento alarmante de la desocupación, el gobierno británico retiró sus tropas de Yemen del Sur; evacuó todas sus bases situadas al este de Suez, excepto Hong Kong; anuló las compras de armas a Estados Unidos y adoptó un presupuesto de austeridad.

En 1969, el conflicto latente en Irlanda del Norte se intensificó, produciéndose choques entre católicos y protestantes que dejaron varios muertos y heridos. La minoría católica exigía igualdad de derechos políticos, el saneamiento de sus barrios, escuelas y seguros sociales. La respuesta del gobierno norirlandés, hasta entonces autónomo, fue el envío de la policía armada para enfrentar a los manifestantes. Londres asumió el control directo de Ulster y envió tropas para separar a ambas partes.

En agosto de 1971, el primer ministro norirlandés Brian Faulkner restableció los campos de internamiento preventivo y las redadas de sospechosos. Los motines de protesta contra la medida terminaron con más de 25 muertos. El 30 de enero de 1972, en la ciudad de Derry –su nombre oficial es Londonderry– durante una manifestación pacífica de católicos contra las medidas represivas, las tropas británicas abrieron fuego causando 13 muertos y cientos de heridos. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) respondió con numerosos asesinatos.

En un referendum celebrado en enero de 1973, la mayoría de los británicos votaron a favor del ingreso a la Comunidad Económica Europea (CEE). En marzo, los ciudadanos de Irlanda del Norte votaron en un referéndum en favor de permanecer dentro del Reino Unido en lugar de sumarse a Irlanda. El índice de abstención fue de 41.4%.

En la década de 1970, se agudizaron los conflictos sociales y el gobierno conservador de Edward Heath (1970-74) enfrentó huelgas en empresas estatales clave (puertos, minas de carbón y el sistema ferroviario), que desembocaron en la victoria del Partido Laborista en dos elecciones en 1974.

En consultas públicas organizadas en 1979 en Escocia y Gales por el gobierno laborista de James Callaghan, los votantes rechazaron la autonomía.

En mayo de 1979, después del llamado «invierno del descontento» con numerosas huelgas, ganó las elecciones el Partido Conservador, con Margaret Thatcher al frente. La nueva gobernante aplicó duras medidas para bajar la inflación, planes para reducir el papel del Estado en la economía y una política de corte monetarista.

En abril de 1982, Thatcher envió una fuerza de la Marina Real, con un portaaviones y submarinos nucleares, al archipiélago de las Malvinas –nombre oficial en Gran Bretaña: islas Falkland–, para combatir contra las tropas de la Junta Militar de Argentina, que ocuparon Puerto Stanley invocando sus derechos de soberanía. Tras 45 días de guerra, la armada británica recuperó las islas (Ver Argentina).

En octubre de 1983 Gran Bretaña retiró sus tropas de Belice. El año siguiente, en virtud de un tratado que databa de la Primera Guerra del Opio, aprobó la cesión de soberanía de Hong Kong a la República Popular China, que se efectivizó en junio de 1997.

Durante el gobierno de Thatcher el sindicalismo sufrió un fuerte desgaste, bloqueado por leyes cada vez más restrictivas y la pérdida de afiliados en las industrias tradicionales, en decadencia. En este contexto fue importante la huelga minera de 1984/85 que culminó, después de un año de duros enfrentamientos internos y con la policía, con una derrota del sindicato.

En 1987, Thatcher fue elegida primera ministra por tercera vez consecutiva. Los lineamientos de su política no variaron: en lo económico y social, liberalización radical de la economía, privatización de las empresas estatales, reforma fiscal e intransigencia ante los sindicatos. En materia de política exterior, actitud «dura» ante la Comunidad Europea y alineamiento con Washington.

En febrero de 1990 el Reino Unido y Argentina reanudaron relaciones diplomáticas y sus representantes se reunieron en Madrid para negociar sobre el futuro de las Malvinas.

En noviembre de ese año Thatcher renunció a la jefatura del Partido Conservador y fue reemplazada a la cabeza del gobierno y de los «Tories» por su ex ministro John Major. Al asumir, Major se declaró partidario de un capitalismo con rostro humano, al que diferenció del llamado capitalismo popular de la «Dama de Hierro».

En su política europea, el primer ministro tomó distancia de su predecesora y Londres adhirió, en 1991, a los acuerdos europeos sobre unión monetaria. Sin embargo, la fidelidad de la diplomacia británica a Estados Unidos permaneció inalterable, como quedó en evidencia con la participación del Reino Unido junto a EE.UU. en la Guerra del Golfo contra Irak.

A partir de 1993 los conservadores empezaron a sufrir una serie de reveses electorales en comicios parciales o locales, en un contexto de recesión económica y alto desempleo que afectaba a unos tres millones de personas. El 15 de diciembre Londres firmó una declaración conjunta con Dublín respecto a la situación en Irlanda del Norte, que abrió la puerta a las conversaciones de paz (véase Irlanda). Una serie de escándalos, como el financiamiento ilegal de una represa en Malasia, deterioró aún más la imagen de los «Tories» (conservadores) en 1994. Al mismo tiempo, el Parlamento redujo la edad mínima legal para tener relaciones homosexuales de 21 a 18 años, negándose a equipararlo con la exigida para las relaciones heterosexuales, que era de 16 años.

Sucesivas victorias parciales de los laboristas en 1996 anunciaron la victoria nacional en los comicios de mayo de 1997, que vieron a Tony Blair asumir como primer ministro. La impactante derrota de los tories, que sólo obtuvieron 30% de los votos frente a 43,1% de los laboristas (diferencia sin precedentes en ese siglo), forzó cambios en la jefatura del partido.

Dos plebiscitos en Gales y Escocia en 1997 convalidaron el otorgamiento de mayor autonomía a las regiones. A comienzos de 1998, las negociaciones sobre el Ulster permitieron acordar una nueva fórmula de paz. Plebiscitado en mayo, el acuerdo fue aprobado por más del 70% en Irlanda del Norte. Ese mismo mes, los londinenses aprobaron una reforma para elegir directamente un nuevo puesto: el alcalde de la ciudad.

En virtud de los acuerdos (Good Friday), Irlanda del Norte poseería una asamblea legislativa electa directamente, al igual que Gales y Escocia. En forma simultánea, un plebiscito realizado en Irlanda puso fin a su reclamación territorial por el Norte. La nominación de los diputados norirlandeses David Trimble (del Partido Unionista del Ulster) y John Hume (Partido Social Demócrata y Laborista, simpatizante de los nacionalistas) para el premio Nobel de la Paz en octubre de 1998 contribuyó a crear un sentimiento de causa común entre las comunidades protestante y católica.

Durante 1999 los partidos unionistas y nacionalistas norirlandeses fueron comprometiéndose en tareas de gobierno conjuntas, que culminaron con la instalación del ejecutivo en diciembre de ese año. La soberanía, que había sido «devuelta» a la provincia en diciembre, volvió a manos de Londres.

En junio de 2001 el partido de Blair obtuvo una masiva victoria (la segunda) en las elecciones generales, llevando al recambio de líderes en el Partido Conservador.

En octubre de 2001, para combatir un brote de fiebre aftosa, 3.915.000 cabezas de ganado fueron sacrificadas. Esta epidemia se sumó a la enfermedad de la «vaca loca» (Encefalopatía Espongiforme Bovina), que había alcanzado su pico más alto en el año 1996 y obligado a las autoridades sanitarias a una matanza de 4 millones y medio de animales. La enfermedad de Creutzfeld Jakobs, variante humana de la «vaca loca», había matado a 77 personas hasta esa fecha.

Tras los ataques sobre Washington y Nueva York en setiembre de 2001, Gran Bretaña apoyó decididamente la «guerra contra el terror» lanzada por Estados Unidos. Blair se convirtió en punta de lanza de la ofensiva que los norteamericanos lanzaron contra Afganistán, apelando por primera vez a la aplicación del Artículo 5 de la cláusula de defensa mutua de los miembros de la OTAN. Asimismo, en marzo de 2002, Blair declaró junto al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, que Irak era una amenaza para la estabilidad mundial, lo que abría la posibilidad de que Gran Bretaña apoyara a Washington en ataques contra Irak.

En enero de 2003 Blair dijo que un ataque terrorista en territorio inglés era «inevitable» y aseguró tener evidencias que vincularían a Saddam Hussein y a la red al Qaeda. A pesar de la renuencia de Francia y Alemania a acompañar a Washington en la guerra contra Irak, y de que según las encuestas la mayoría del pueblo inglés se manifestaba opuesto a la idea de la guerra, Blair decidió secundar a Bush, provocando severas críticas incluso dentro de su partido. Las demostraciones anti-bélicas, realizadas el 16 de febrero de 2003 en Londres fueron las más importantes en la historia británica: por lo menos un millón de personas participaron de ellas.

Estados Unidos, el Reino Unido y las fuerzas de la coalición invadieron Irak en marzo de 2003, a pesar de la tenaz oposición internacional a la guerra. Ambas naciones fueron los únicos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en favor de la invasión.

La controversia sobre los argumentos esgrimidos por Blair para apoyar la invasión a Irak se reavivó en julio de 2003 con el suicidio de David Kelly, un científico y asesor del ministerio de Defensa. Kelly había sido señalado como fuente principal de una investigación periodística que acusaba al gobierno británico de distorsionar los informes de inteligencia para exagerar la amenaza representada por Bagdad. La muerte del científico, sumada a la imposibilidad de hallar en Irak las armas de destrucción masiva que Londres y Washington acusaban a Saddam Hussein de poseer, provocaron una caída en la popularidad de Blair, pese a que una investigación oficial concluyó que no hubo manipulación de la información de inteligencia por parte del gobierno.

En julio de 2004, Lord Butler de Brockwell afirmó, en lo que se conoció como «informe Butler», que Londres basó su participación en la guerra de Irak en una inteligencia «limitada» y que adolecía de «problemas reales» de calidad.

Tras la publicación del informe, Blair compareció ante la Cámara de los Comunes, donde aceptó «la responsabilidad» por los errores, y consideró que el informe de Butler dejó claro que «nadie mintió» en su Gobierno acerca de la información de los servicios de inteligencia. No obstante, Michael Howard (líder de la oposición conservadora) emplazó a Blair a cuestionarse si creía que le quedaba alguna credibilidad como responsable del gobierno británico.

Los laboristas accedieron a un tercer período de gobierno en las elecciones de mayo de 2005 pese a que recibieron apenas el 36% del voto popular, la votación más baja de la historia para un gobierno británico. Según analistas, el mal resultado se debió a la pérdida de popularidad de Blair y la impopularidad de la guerra en Irak.

A fines de 2005 las parejas homosexuales pasaron a gozar de los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales según una nueva ley que las consideraba como asociaciones civiles con igual estatus que éstos.

Blair sufrió en noviembre la primera derrota parlamentaria desde su llegada al poder en 1997, al ser rechazada una nueva propuesta sobre seguridad y el primer ministro anunció que no se postularía en las siguientes elecciones, previstas para 2010.

Tras el revés comenzaron las presiones para que Blair renunciara. A las primeras declaraciones de los conservadores, se sumaron algunos laboristas que no habían apoyado la propuesta pese a las gestiones del ministro de Hacienda –y supuesto sucesor de Blair– Gordon Brown.

En setiembre de 2006, luego de un viaje a Líbano –que, por inútil e inoportuno, solo sirvió para empeorar la imagen de Blair tanto en el exterior como en su propio país–, la ministra de Exclusión Social, Hillary Armtrong, declaró que el primer ministro se iría en 2007, cuando tuviera lugar la conferencia del Partido Laborista. Un grupo de 48 parlamentarios laboristas, mientras tanto, firmaron un documento en que declaraban su conformidad con que el premier renunciara en el plazo de un año.

Tras la largamente anunciada renuncia de Blair, en junio de 2007 asumió como primer ministro Gordon Brown. En su discurso estableció que encabezaría «un gobierno con nuevas prioridades», una declaración que resumía, para los analistas británicos, la intención de cambiar el rumbo, sobre todo en política exterior.


http://www.guiadelmundo.org.uy/cd/countries/gbr/History.html

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HENDERSON PARADA
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Energia



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El consumo de energía eléctrica en el país asciende a 345.800 millones de kWh anuales, siendo el 12.° país con mayor consumo de electricidad en el mundo. Sin embargo, produce 1,54 millones de barriles de petróleo diarios y 69,9 millones de m³ de gas natural anuales. Actualmente, la mayor parte de la energía eléctrica proviene de fuentes no renovables, principalmente del carbón y petróleo. Esto ha hecho que el gobierno comience a implementar medidas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles en materia de producción de energía y se pretende que para 2020 el 40% de la electricidad provenga de fuentes de energía alternativas como la solar, la eólica y la mareomotriz.

El Reino Unido tiene una pequeña reserva de carbón, junto con reservas importantes, pero en continua disminución, de gas natural y petróleo. Se han identificado unos 400 millones de toneladas de carbón en el país. En 2004, el consumo de carbón total (incluyendo las importaciones) fue de 61 millones de toneladas, permitiendo al país ser autosuficiente en carbón por apenas 6,5 años, aunque con los niveles de la extracción actual, el periodo aumenta a 20 años. Una alternativa a la generación de energía eléctrica con carbón es la gasificación del carbón subterráneo (GCS). La GCS es un sistema que inyecta vapor y oxígeno dentro de un pozo, donde se extrae gas del carbón y empuja la mezcla de gases a la superficie (un método de extracción de carbón con emisiones de carbono potencialmente bajas). Tras la identificación de áreas terrestres que tienen el potencial para la GCS, las reservas de gas se calculan entre 7 mil millones y 16 mil millones de toneladas. Basado en el consumo de carbón actual en el país, estos volúmenes representan reservas que podrían durar entre 200 y 400 años.







http://es.wikipedia.org/wiki/Reino_Unido
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HENDERSON PARADA
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Economia


La economía del Reino Unido se compone (en orden descendente de tamaño) de las economías de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Basado en las tasas de cambio del mercado, el Reino Unido es la sexta economía más grande del mundo y la tercera más grande en Europa después de Alemania y Francia.

La Revolución Industrial se inició en el Reino Unido, en un proceso donde se dio una gran concentración de las industrias pesadas en todo el país, como la construcción naval, la extracción del carbón, la producción de acero y la industria textil. La extensión del Imperio creó un mercado exterior enorme para los productos británicos, permitiendo que la nación dominara el comercio internacional en el siglo XIX. Más tarde, como le sucedió a otras economías industrializadas, junto con el declive económico después de las dos guerras mundiales, el Reino Unido comenzó a perder su ventaja competitiva y la industria pesada disminuyó. Aunque la fabricación sigue siendo una parte importante de la economía, en 2003 sólo representaba una sexta parte de los ingresos del país.

La industria automovilística es una parte importante del sector manufacturero, aunque ha disminuido con el colapso del MG Rover Group y actualmente la mayor parte de la industria es propiedad extranjera. La producción de aviones civiles y de defensa es liderada por BAE Systems, el mayor contratista de defensa en el mundo, y por la firma europea EADS, el propietario del Airbus. Rolls-Royce tiene una parte importante del mercado mundial de motores aeroespaciales. La industria química y farmacéutica son importantes en el Reino Unido, ya que las compañías británicas de GlaxoSmithKline y AstraZeneca son la segunda y sexta empresa farmacéutica más grandes del mundo, respectivamente.

Sin embargo, durante las últimas décadas el sector terciario aumentó considerablemente y ahora produce cerca del 73% del PIB. El sector de servicios está dominado por los servicios financieros, especialmente bancos y aseguradoras. Esto hace a Londres el centro financiero más grande del mundo, ya que aquí se encuentran las sedes de la Bolsa de Londres, el London International Financial Futures and Options Exchange y el Lloyd's of London; además de ser el líder de los tres "centros de comando" de la economía mundial (junto con Nueva York y Tokio). Además, cuenta con la mayor concentración de sucursales de bancos extranjeros en el mundo. En la última década, un centro financiero rival de Londres ha crecido en la zona de Docklands, donde el HSBC, el banco más grande del mundo, y el Barclays reubicaron sus sedes. Muchas empresas multinacionales que no son de propiedad británica han elegido Londres como el lugar para su sede europea o extranjera: un ejemplo es la firma estadounidense de servicios financieros Citigroup. La capital de Escocia, Edimburgo, también es uno de los grandes centros financieros de Europa y es la sede del Royal Bank of Scotland Group, uno de los bancos más importantes del mundo.

El turismo es muy importante para la economía británica. Con los más de 27 millones de turistas que arribaron al país en 2004, el Reino Unido está clasificado como el sexto destino turístico más importante en el mundo.[103] Londres, por un margen considerable, es la ciudad más visitada en el mundo con 15,6 millones de visitantes en 2006, por delante de Bangkok (10,4 millones de visitantes) y de París (9,7 millones).[104] Las industrias creativas aportaron el 7% del PIB de 2005 y crecieron a una tasa promedio anual del 6% entre 1997 y 2005.[105

En julio de 2007, el Reino Unido tenía una deuda pública del 35,5% del PIB.Esta cifra aumentó a 56,8% del PIB en julio de 2009.La moneda nacional es la libra esterlina, representada con el símbolo £. El Banco de Inglaterra es el banco central, responsable de la emisión de moneda, aunque los bancos de Escocia e Irlanda del Norte tienen derecho a emitir sus propios billetes. La libra esterlina también se utiliza como moneda de reserva por otros gobiernos e instituciones y es la tercera moneda con mayor cantidad de reservas, después del dólar estadounidense y del euro.[108] El Reino Unido decidió no participar en el lanzamiento del euro como moneda, y el anterior primer ministro británico, Gordon Brown, ha descartado la adopción del euro en un futuro cercano, argumentando que la decisión de no unirse al proyecto había sido la mejor opción para el país y para Europa. El anterior gobierno de Tony Blair se comprometió a celebrar un referéndum público para decidir si el país realizaría las "cinco pruebas económicas". En 2005, más de la mitad de los británicos (55%) estaban en contra de la adopción del euro como moneda, mientras que sólo el 30% estaban a favor.[110]

El 23 de enero de 2009, cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas mostraron que la economía británica estaba oficialmente en recesión por primera vez desde 1991.[111] Se informó que fue en el último trimestre del 2008 cuando la economía cayó en una recesión que fue acompañada por el creciente desempleo, el cual aumentó de 5,2% en mayo de 2008 a 7,6% en mayo de 2009. La tasa de desempleo para adultos entre 18 a 24 años, aumentó de 11,9% a 17,3% en el mismo periodo.[112]

La línea de pobreza relativa en el Reino Unido se define comúnmente por debajo del 60% del ingreso promedio. Entre 2007 y 2008, el 13,5 millones de personas, o sea, el 22% de la población, vivían por debajo de esta línea. Se trata de uno de los niveles de pobreza relativa más altos entre los miembros de la Unión Europea.[113] Después de tomar en cuenta los costos de la vivienda, se demostró que en el mismo lapso 4 millones de niños, 31% del total, vivían en hogares que estaban por debajo de la línea de pobreza. Esto representa una disminución de 400.000 niños comparado con el periodo entre 1998 y 1999

















fuente

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libra esterlina


La libra esterlina (Pound sterling en inglés) es la moneda del Reino Unido así como de las Dependencias de la Corona y Territorios Ultramarinos británicos. En sus demás territorios coloniales se usan diferentes divisas pero fijadas a la esterlina: la libra gibraltareña, libra malvinense y libra de Santa Helena Su símbolo monetario es £ y proviene del latín libra, que se refería a la unidad de masa. Un libra se divide en cien peniques.

El nombre oficial completo, libra esterlina (en plural libras esterlinas), es usado sobre todo en contextos formales y también cuando es necesario distinguir la moneda que se usa en el Reino Unido de las que se utilizan en otros países y que tienen el mismo nombre. El nombre de la divisa — pero no los nombres de sus unidades — a veces es abreviado solamente a "esterlina", particularmente en los mercados financieros de venta al por mayor; por ejemplo "pago aceptado en "esterlinas", pero no "eso cuesta cinco esterlinas". Las abreviaturas "ster." o "stg." son usadas ocasionalmente. El término libra británica es usado comúnmente en situaciones menos formales, aunque no es un nombre oficial de la divisa. La esterlina es una antigua moneda inglesa de plata esterlina, una aleación de un 92,5% de plata y un 7,5% de cobre y/u otros metales, y con una masa de 1,555 gramos, o 1/240 de una libra troy.

La libra fue originalmente el valor del peso de una Libra Torre de plata esterlina (de ahí que se llame "libra esterlina"). El símbolo de la divisa es el símbolo de la libra, originalmente ₤ con dos barras cruzadas, más tarde fue más común £ con una sola barra. El símbolo se deriva de la letra "L", de la abreviación LSD – librae, solidi, denarii – usada para las libras, chelines y peniques del sistema monetario duodecimal original. Libra era la unidad romana básica de peso, que se derivaba del latín de "balanza". El código ISO 4217 es GBP (en inglés Great Britain pound, Libra de Gran Bretaña). Ocasionalmente es vista la abreviación UKP, pero esta es incorrecta. Las Dependencias de la Corona usan sus propios códigos (no ISO) cuando desean reflejar su distinción. Los recursos generalmente son intercambiados por peniques, así que los comerciantes pueden referirse al penique esterlino, GBX (a veces BGp), cuando enlistan sus precios.

Después de la adopción del euro por varios países, la libra se convirtió en la divisa más antigua del mundo que aún se utiliza, y actualmente tiene la tercera porción más grande de monedas de reserva a nivel mundial, después del dólar estadounidense y el euro. La libra esterlina es la cuarta divisa más intercambiada en el mercado internacional de intercambio detrás del dólar, el euro y el yen japonés.

Como unidad monetaria, el término libra se origina del valor del peso de una libra de plata de gran pureza conocida como plata esterlina.

La esterlina (con una unidad básica que era el penique Tealby, en vez de la libra) fue introducida como la divisa inglesa por el Rey Enrique II en 1158, aunque el nombre de esterlina no fue usado hasta después. La palabra esterlina es del viejo francés sterling transformado a stiere en el viejo inglés (fuerte, firme, inamovible).

La esterlina fue originalmente un nombre para un penique plateado de 1/240 de libra. Originalmente un penique plateado tenía un poder de compra ligeramente menor que el de una libra moderna. En tiempos modernos la libra ha reemplazado al penique como la unidad básica de cambio ya que la inflación ha desgastado continuamente el valor de la divisa.

La libra esterlina, establecida en 1560-1561 por Isabel I y sus consejeros, principalmente Sir Thomas Gresham, que trajo orden al caos financiero de la Inglaterra Tudor que había sido ocasionado por el "Gran Degradamiento" de la moneda, que a cambio provocó una inflación debilitadora durante los años de 1543 a 1551. Para 1551, de acuerdo con Fernand Braudel, el contenido plateado de un penique se había reducido a un tercio del total. Las monedas se habían convertido en meras divisas fiduciarias (como lo son las monedas modernas), y la tasa de cambio en Amberes donde la ropa inglesa era comercializada en Europa, se había deteriorado. Toda moneda en circulación fue sacada de ella para reacuñarse con el mayor estándar, y pagada con descuento.

La libra esterlina mantuvo su valor intrínseco — "un fetiche en la opinión pública" lo llamó Braudel — de manera única entre las divisas europeas, aun después de que el Reino Unido adoptó oficialmente el patrón oro, hasta después de la Primera Guerra Mundial, soportando crisis financieras en 1621, en 1694-1696, cuando John Locke panfleteó por la libra esterlina como "una unidad fundamental invariable" y de nuevo en 1774 y 1797. Ni siquiera los violentos desórdenes de la Guerra Civil devaluaron la libra esterlina en los mercados monetarios de Europa. Braudel atribuye el fácil credito de Inglaterra a la divisa restaurada, que nunca fue devaluada a través de los siglos, que dio seguridad de contrato y una alza a una superioridad financiera durante el siglo XVIII. La libra esterlina ha sido la moneda del Banco de Inglaterra desde sus inicios en 1694.













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Geografía



El área total del Reino Unido es de aproximadamente 243.610 km² que comprenden la isla de Gran Bretaña y la parte nororiental de la isla de Irlanda (Irlanda del Norte) y otras islas más pequeñas. El país se encuentra entre el océano Atlántico y el mar del Norte, a 35 kilómetros de la costa noroeste de Francia, de la que se encuentra separado por el canal de la Mancha.

Gran Bretaña se ubica entre las latitudes 49° y 59° N (las islas Shetland se extienden casi a los 61° N) y las longitudes 8° O a 2° E. El observatorio de Greenwich, en Londres, es el punto de definición para el meridiano de Greenwich. Cuando se mide directamente de norte a sur, Gran Bretaña mide poco más de 1.100 kilómetros de longitud y poco menos de 500 kilómetros en su parte más ancha. Sin embargo, la mayor distancia entre dos puntos en la isla es de 1.350 kilómetros entre el final de la tierra en Cornualles (cerca de Penzance) y John o' Groats en Caithness (cerca de Thurso). Irlanda del Norte comparte una frontera de tierra de 360 km con la República de Irlanda.

Inglaterra acapara poco más de la mitad de la superficie total del Reino Unido, ocupando 130.410 kilómetros cuadrados. La mayor parte del país consiste de tierras bajas, con un poco de terreno montañoso en la zona noroeste, donde se encuentra la línea de Tees-Exe, entre las montañas de Cumbria y los montes Peninos. La montaña más alta de la región es Scafell Pike (978 msnm) y se ubica dentro de esta zona. Los principales ríos y estuarios de Inglaterra son el Támesis, el Severn y el Humber.

Escocia representa menos de un tercio del área total del Reino Unido, cubriendo 78.772 kilómetros cuadrados; esta cifra incluye las casi ochocientos islas, que en su mayoría se encuentran al oeste y al norte de Gran Bretaña, destacando las Hébridas, las islas Orcadas y las islas Shetland. La topografía de Escocia se distingue por la falla de las Highlands, que atraviesa el territorio escocés de Helensburgh a Stonehaven. La falla separa las dos principales regiones escocesas: las tierras altas del norte y oeste y las tierras bajas del sur y este. La región montañosa contiene la mayoría de las montañas de Escocia, incluyendo el Ben Nevis, que con sus 1.343 msnm, es el punto más alto en las islas Británicas. Las tierras bajas, especialmente la franja estrecha de tierra entre el fiordo de Clyde y el fiordo de Forth conocida como el "Cinturón Central", son más planas y en ellas se encuentra la mayoría de las comunidades escocesas, incluyendo Glasgow, la ciudad más grande de la región, y Edimburgo, la capital y centro político del país.

El territorio de Gales ocupa menos de una décima parte del total del área del Reino Unido, cubriendo sólo 20.758 kilómetros cuadrados. Gales es principalmente montañoso, aunque la zona sur es menos montañosa que el norte y el centro. Es por eso que las principales zonas industriales están en Gales del Sur, formadas por las ciudades costeras de Cardiff, Swansea y Newport. Las montañas más altas son las Snowdonia, donde se encuentra el pico más alto de la región: el Snowdon con 1.085 msnm. Las catorce (o quince) montañas más altas de Gales sobrepasan los 914,4 metros (3.000 ft) y se conocen comúnmente como las "Gales 3000's". Hay varias islas que se extienden delante de los más de 1.200 km de costa, la más grande de ellas es Anglesey (Ynys Môn), ubicada al noroeste del país.




















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Gobierno y política



El Reino Unido es una monarquía constitucional: Isabel II es la jefa de Estado del Reino Unido, así como de los otros quince países de la Mancomunidad de Naciones, situando al Reino Unido en una unión personal con aquellas naciones. La reina tiene la soberanía sobre las dependencias de la Corona, la isla de Man y los bailiazgos de Jersey y Guernesey. Estos no forman parte del Reino Unido, aunque el gobierno británico gestiona sus relaciones exteriores y la defensa, además de que el parlamento tiene autoridad para legislar en su nombre.

El Reino Unido no tiene un documento que sirva como constitución totalmente definida, algo que solo ocurre en otros dos países del mundo, Israel y Nueva Zelanda. La constitución del Reino Unido, por lo tanto, consiste principalmente en una colección de diferentes fuentes escritas, incluyendo leyes, estatutos, jurisprudencias y tratados internacionales. Como no hay ninguna diferencia técnica entre los estatutos ordinarios y la "ley constitucional", el parlamento puede realizar una "reforma constitucional" por el simple hecho de aprobar una ley, y en consecuencia, tiene el poder para cambiar o suprimir casi cualquier elemento escrito o no escrito de la constitución. Sin embargo, existen ciertas limitaciones para la aprobación de las leyes, por ejemplo, ninguna legislatura puede crear leyes que no se puedan cambiar en un futuro.

El Reino Unido cuenta con un gobierno parlamentario, basado en el sistema Westminster, el cual ha sido emulado alrededor del mundo, uno de los legados del Imperio británico. El parlamento del Reino Unido, que se reúne en el Palacio de Westminster tiene dos cámaras: la Cámara de los Comunes (elegida por el pueblo) y la Cámara de los Lores. Cualquier ley aprobada por el parlamento requiere el consentimiento real para convertirse en ley. El hecho de que el parlamento descentralizado en Escocia y las asambleas en Irlanda del Norte y Gales no sean órganos soberanos y puedan ser abolidos por el parlamento británico, hace que este último sea el órgano legislativo más importante en el país.

El puesto del primer ministro, jefe de gobierno del Reino Unido,[35] lo ocupa el miembro del parlamento que obtiene la mayoría de votos en la Cámara de los Comunes, por lo general es el líder del partido político con más asientos en dicha cámara. El primer ministro y el gabinete son nombrados por el rey para formar el "Gobierno de Su Majestad", aunque el primer ministro elige al Consejo de Ministros, y por convención, el rey respeta su elección.

Tradicionalmente, el gabinete se conforma de miembros del mismo partido del primer ministro de ambas cámaras legislativas, en su mayoría de la Cámara de los Comunes. El poder ejecutivo es ejercido por el primer ministro y el gabinete, quienes hacen su juramento delante del rey, para formar parte del Consejo Privado, de tal modo que se convierten en Ministros de la Corona. En las elecciones de 2010, el líder del Partido Conservador, David Cameron, puso fin a los dieciséis años del mandato laborista y asumió el papel de primer ministro.

Las elecciones generales son convocadas por el monarca. Aunque no existe ningún plazo mínimo para ocupar un puesto en el parlamento, la Ley del Parlamento de 1911 exige que se debe llamar a una nueva elección dentro del plazo de cinco años después de las elecciones anteriores. Anteriormente, para las elecciones a la Cámara de los Comunes, el territorio nacional se dividía en 646 distritos electorales, con 529 en Inglaterra, 18 en Irlanda del Norte, 59 en Escocia y 40 en Gales; este número aumentó a 650 en las elecciones generales del 2010. Cada distrito electoral elige a un miembro del parlamento por mayoría simple.

El Partido Conservador, el Partido Laborista y los Liberales Demócratas, son los principales partidos políticos; en las elecciones generales de 2010 ganaron 620 de los 650 escaños disponibles en la Cámara de los Comunes. La mayoría de los escaños restantes fueron ganados por partidos que sólo compiten en una parte del país, como el Partido Nacional Escocés (sólo en Escocia), el Partido de Gales (sólo Gales), el Partido Unionista Democrático, el Partido Socialdemócrata y Laborista, el Partido Unionista del Ulster y el Sinn Féin (sólo en Irlanda del Norte, aunque el Sinn Féin también compite en las elecciones en Irlanda).[39] Para las elecciones al Parlamento Europeo, el Reino Unido tiene actualmente 72 diputados elegidos por voto en bloque. Las dudas sobre la verdadera soberanía de cada nación constitutiva surgieron tras la adhesión del Reino Unido a la Unión Europea.

El país no tiene un sistema jurídico único, ya que fue creado por la unión política de los países anteriormente independientes y el artículo 19 del Tratado de la Unión de 1707 garantiza la existencia por separado del sistema legal escocés. Hoy en día, el país tiene tres diferentes sistemas jurídicos: el derecho de Inglaterra, el derecho de Irlanda del Norte y la ley escocesa. En octubre de 2009, los recientes cambios constitucionales trajeron consigo la creación de una nueva Corte Suprema para asumir las funciones de apelación de la Comisión de Apelación de la Cámara de los Lores. El Comité Judicial del Consejo Privado es el tribunal de apelación más alto para varios países independientes de la Mancomunidad, los territorios de ultramar y las dependencias de la Corona británica.















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Transporte




Las principales carreteras británicas forman una red de 46.904 kilómetros, de los cuales más de 3.520 kilómetros son autopistas. Además, hay cerca de 213.750 kilómetros de caminos pavimentados. La red ferroviaria, con 16.116 kilómetros en Gran Bretaña y 303 kilómetros en Irlanda del Norte, diariamente transporta más de 18.000 trenes de pasajeros y 1.000 trenes de mercancías. Las redes ferroviarias urbanas están bien desarrolladas en Londres y otras ciudades importantes. Llegaron a existir más de 48.000 km de vías férreas en todo el país, sin embargo, la mayoría se redujo entre 1955 y 1975, en gran parte después de un informe del asesor de gobierno Richard Beeching a mediados de la década de 1960 (conocido como el hacha de Beeching). Actualmente se consideran nuevos planes para construir nuevas líneas de alta velocidad para el año 2025.

La Agencia de Carreteras es la agencia ejecutiva responsable de los caminos y autopistas en Inglaterra, aparte de la empresa privada M6 Toll. El Departamento de Transporte afirma que la congestión vehicular es uno de los más graves problemas en materia de transporte y que si no se controla, para el año 2025 podría costarle a Inglaterra más de 22.000 millones de libras esterlinas. De acuerdo con el Reporte Eddington de 2006 realizado por el gobierno inglés, la congestión está en peligro de perjudicar la economía, a menos que se contrarreste con el cobro de peajes y la expansión de la red de transporte.

Las vías y medios de transporte de Escocia son responsabilidad del Departamento de Transportes del gobierno local, siendo Transportes Escocia la agencia gubernamental encargada del mantenimiento de las carreteras y redes ferroviarias del país. La red de ferrocarriles de Escocia tiene alrededor de 340 estaciones y 3.000 kilómetros de vías y transporta a más de 62 millones de pasajeros cada año. En 2008, el gobierno escocés estableció planes de inversión para los próximos 20 años, con prioridades para incluir un nuevo puente en la carretera de Forth y la electrificación de la red ferroviaria.

El Aeropuerto de Londres-Heathrow, situado a 24 km al oeste de la capital, es el aeropuerto más concurrido del Reino Unido y tiene el mayor nivel de tráfico de pasajeros internacionales en el mundo. Asimismo, es la base de operaciones de aerolíneas como British Airways, Virgin Atlantic y bmi.











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Demografía





Cada diez años se efectúa un censo simultáneamente en todas las regiones del Reino Unido. La Oficina Nacional de Estadísticas es la responsable de la recopilación de datos para Inglaterra y Gales, mientras que en Escocia e Irlanda del Norte los responsables de llevar a cabo los censos son la Oficina de Registro General y la Agencia de Estadísticas e Investigación, respectivamente.

En el más reciente censo realizado en 2001, el total de la población del Reino Unido fue de 58.789.194 personas, la tercera más grande en la Unión Europea, la quinta más grande en la Mancomunidad y la vigésimo primera en el mundo. A mediados de 2008, se estimó que había crecido a los 61.383.000 habitantes. En 2008, el crecimiento natural de la población superó la migración neta como el principal contribuyente al crecimiento de la población, la primera vez que ocurre desde 1998. Entre 2001 y 2008, la población aumentó en una tasa media anual del 0,5%. Esto se compara con el 0,3% anual en el período de 1991 a 2001 y al 0,2% en la década de 1981 a 1991. Publicado en 2008, la estimación de la población de 2007 reveló que, por primera vez, el Reino Unido era hogar de más personas en edad de jubilación que de niños menores de 16 años.

A mediados de 2008, la población de Inglaterra se estimó en 51,44 millones. De esta forma, Inglaterra es uno de los países más densamente poblados del mundo con 383 habitantes por kilómetro cuadrado, con una concentración particular en Londres y en el sureste del país. Las estimaciones de ese mismo periodo ponen la población de Escocia en 5,17 millones, de Gales en 2,99 millones y de Irlanda del Norte en 1,78 millones, con mucho menor densidad de población que Inglaterra. En comparación con los 383 habitantes ingleses por kilómetro cuadrado, las cifras correspondientes fueron 142 h/km² en Gales, 125 h/km² para Irlanda del Norte y sólo 65 h/km² para Escocia. Irlanda del Norte tenía la población de más rápido crecimiento en términos de porcentaje de todos los cuatro países constituyentes del Reino Unido.

Ese mismo año, la tasa de fertilidad promedio en todo el Reino Unido fue de 1,96 hijos por mujer. Mientras que una creciente tasa de natalidad contribuye al crecimiento de la población actual, aún permanece considerablemente por debajo del baby boom de 1964, donde cada mujer tenía en promedio 2,95 hijos, pero superior al récord más bajo en 2001, de 1,63 hijos por mujer. En 2008, Escocia tenía la tasa de fecundidad más baja con sólo 1,8 niños por mujer, mientras que Irlanda del Norte tuvo la más alta con 2,11 niños.


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Idiomas

El Reino Unido no tiene un idioma oficial, pero el más predominante es el inglés, una lengua germánica occidental que desciende del anglosajón, que cuenta con un gran número de préstamos del nórdico antiguo, del francés normando y del latín. Debido en gran medida a la expansión del Imperio británico, el idioma inglés se esparció por el mundo y se convirtió en el idioma internacional de los negocios, así como la segunda lengua más divulgada en el mundo.

El escocés, una lengua que desciende del inglés medio hablado en el noreste de Inglaterra, es reconocido a nivel europeo.[163] También hay cuatro lenguas celtas en uso: el galés, el irlandés, el gaélico escocés y el córnico. En el censo de 2001, más de una quinta parte de la población de Gales dijo que sabía hablar galés (21%),Además, se estima que cerca de 200.000 galesoparlantes viven en Inglaterra.

El censo de 2001, en Irlanda del Norte se demostró que 167.487 personas (10,4% de la población) tenían "cierto conocimiento del irlandés", casi exclusivamente en la población católica y nacionalista del país. Más de 92.000 personas en Escocia (justo por debajo del 2% de la población) poseían algún entendimiento de la lengua gaélica, incluyendo el 72% de los habitantes de las Hébridas Exteriores. Está aumentando el número de escuelas que enseñan en galés, gaélico escocés e irlandés. Estos idiomas también son hablados por pequeños grupos alrededor del mundo; en Nueva Escocia, Canadá se habla irlandés, mientras que existe una población que habla galés en la Patagonia, Argentina.

Generalmente, es obligatorio para los alumnos británicos estudiar un segundo idioma en algún momento de su trayectoria escolar: a la edad de 14 años en Inglaterra, y hasta la edad de 16 en Escocia. El francés y el alemán son los dos idiomas más estudiados en Inglaterra y Escocia. En Gales, todos los alumnos de 16 años deben haber aprendido el galés como segunda lengua.



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